Voy a serte 100% honesto: llega el viernes y siento una necesidad urgente de cortar con todo. No importa si tuve una semana tranqui o una de locos, el cuerpo me pide naturaleza, aire libre y silencio para desconectar de la rutina.
Vivimos en una capital hermosa, pero a veces necesitamos verde y un horizonte que no esté tapado por edificios.
Ahí fue cuando me picó el bichito del trekking. Me di cuenta de que para vivir una aventura y resetear la cabeza no necesitaba tomarme un avión ni manejar 8 horas. Tenemos cerros cerca de Montevideo increíbles, esperándonos a menos de dos horas de auto.
Pero acá viene la segunda confesión: conocía más de afuera que de mi propio país. Y eso no podía ser.
Por eso, me propuse un desafío personal: redescubrir Uruguay a través de sus cumbres. Armé mi propia lista de «los 5 imprescindibles» para empezar este viaje de conexión.
Vamos a aclarar algo de entrada: Esto no es una guía definitiva escrita por un montañista experto que subió el Everest. Esta es una bitácora viva y honesta de alguien que está aprendiendo igual que vos.
En este artículo vas a encontrar:
- Los 2 cerros que YA taché de la lista (con acceso directo a mis guías completas).
- Los 3 desafíos que tengo en la mira para los próximos meses (y la data que estoy investigando para ir).
- Piques generales que aprendí a los golpes para que vos no pases mal.
¿Me acompañás en este desafío de encontrar los mejores cerros cerca de Montevideo? Ponete cómodo y prepará el mate, que arrancamos.
¿Por qué elegir estos cerros para tu próxima escapada?
Antes de pasar a la lista, dejame decirte por qué creo que este plan es imbatible para gente como nosotros, que queremos aprovechar el finde al máximo sin complicarnos la vida.
Uruguay no tendrá cordilleras nevadas ni alturas de 5000 metros. Nuestro pico máximo, el Cerro Catedral, apenas supera los 513 metros. ¡Pero no te dejes engañar por la altura! Las sierras de Maldonado y Lavalleja tienen una magia especial.
- Cercanía salvadora: Todos estos cerros cerca de Montevideo están en un radio de 100 a 150 km de la capital. Salís de mañana, subís, bajás, te tomás unos mates mirando el atardecer y volvés a dormir a tu cama. Cero estrés logístico.
- Energía que recarga: Hay algo en subir, transpirar un poco y llegar a una cumbre que te resetea la cabeza. Volvés el lunes con otra cara.
- Apto para (casi) todos: Si bien hay distintos niveles de dificultad, nuestras sierras nos permiten empezar de a poco sin necesitar equipo técnico súper caro.
PARTE 1: Mi Bitácora Real (Los 2 Cerros que YA descubrí)
Arrancamos por lo seguro. Estos son los lugares que ya caminé, que ya viví y de los que te puedo hablar con propiedad. Como la idea no es hacer este artículo eterno, te voy a dar un resumen de mi experiencia y, si te copa el lugar, te dejo el enlace directo al artículo profundo que escribí sobre cada uno.
1. Cerro Aguiar (Mucho más que una foto viral)
El Cerro Aguiar fue el que dio inicio a todo esto. Probablemente lo viste en Instagram: se hizo súper viral últimamente por su famosa «Puerta Azul» que parece salida de una película de fantasía en medio de las sierras.
Yo fui un poco escéptico, pensando que quizás era solo «trampa para turistas» de redes sociales. Me equivoqué feo.
Lo que encontré ahí fue brutal. Sí, la puerta está buena para la foto, pero el verdadero tesoro de este lugar es el Cañadón de las Palmas. Es un paisaje que no esperás encontrar tan cerca de la ruta. Caminar por ahí, entre piedras y agua, te hace sentir que estás lejísimos de la civilización.
Es una experiencia ideal para arrancar porque combina un poco de todo: senderismo, vistas panorámicas y rincones secretos.
👉 ¿Querés saber cómo llegar, cuánto cuesta la entrada este año y mis piques para no mojarte los pies (o sí)? Leé mi experiencia completa acá: Trekking en cañadon de la Palma y Cerro Aguiar
2. Cerro Tupambaé (Conexión total en el Ecoparque)
El segundo en mi lista fue el Tupambaé. Con sus 470 metros, es el tercero más alto de Uruguay. Pero lo que realmente me voló la cabeza no fue solo la altura, sino el proyecto que hay detrás.
Este cerro está dentro del Ecoparque Tupambaé, un laburo increíble que llevan adelante Mario Henon y Keoma Carreño. Cuando llegás ahí, te das cuenta de que no es solo «subir y bajar». Hay un amor por el lugar, un cuidado de la flora nativa y una propuesta de senderos que te invita a quedarte más tiempo.
Yo fui por el día, pero me volví con unas ganas locas de quedarme a dormir en uno de sus refugios. Imaginate ver el amanecer desde ahí arriba… una locura. Es un lugar que te pide bajar un cambio y conectar en serio.
👉 ¿Te interesa este plan para ir solo, en pareja o con amigos? Tengo un artículo donde te detallo los tipos de senderos, qué onda los refugios y qué tenés que llevar. Pasate por acá: Ecoparque Tupambaé: Guia completa
PARTE 2: En la Mira (Mis Próximos 3 Desafíos)
Acá se pone interesante la cosa. Esta bitácora sigue abierta. A estos tres gigantes todavía no los enfrenté, pero ya los tengo estudiados al milímetro para que, cuando vaya, nada me tome por sorpresa.
Te comparto mi «investigación previa». Tomalo como apuntes de un compañero de clase: es la data teórica que junté para planificar mi futura aventura. ¡Prometo actualizar esto con fotos reales apenas baje de cada cumbre!
3. Cerro Pan de Azúcar (El ícono que me falta)
Es imposible hablar de trekking en Uruguay y no mencionar al Pan de Azúcar. Es el custodio de Piriápolis y, probablemente, el cerro más subido del país.
Lo que estoy investigando para mi visita: Me enteré de algo clave que cambia los planes de muchos: ya no se permite el ascenso a la cruz de cemento por temas de seguridad estructural. Muchos van sin saber esto y se comen un garrón al llegar arriba. Mi objetivo ahora cambió: ya no es «subir a la cruz», sino disfrutar el sendero y las vistas desde la base de la cima, que dicen que siguen siendo espectaculares. Dicen que la subida es intensa, de esas que te dejan las piernas temblando un poquito. ¡Veremos!
4. Cerro Arequita (Historia y grutas en Minas)
A solo 12 km de la ciudad de Minas, el Arequita es un gigante de piedra con una forma súper característica. Lo que más me llama la atención de este desafío no es solo la altura, sino todo lo que lo rodea.
Lo que estoy investigando para mi visita: Ahora que integra el Parque Nacional Arequita, parece que la experiencia está mucho más ordenada. Mi plan es hacer un «2×1»: subir el cerro por la mañana y dedicarle un rato a explorar las famosas grutas por la tarde. También le tengo echado el ojo al parador del lugar, porque seamos honestos: después de caminar, ¡un buen refuerzo es obligatorio!
5. Cerro de las Ánimas (El «Jefe Final» de mi desafío)
Este es el que me genera más respeto. Con 501 metros, es el segundo punto más alto de Uruguay y sé que no es un paseo por el parque. Lo dejé para el final de mi lista a propósito, como para ir ganando estado físico con los otros primero.
¡DATO CRÍTICO que encontré investigando!: Si estás pensando en ir, leé esto bien: el Cerro de las Ánimas es propiedad privada. No podés mandarte cualquier día.
- Solo abren sábados y domingos.
- Es OBLIGATORIO reservar antes. (Tengo anotado este WhatsApp para cuando decida ir: +59894419891). Este requiere planificación sí o sí. Nada de «vemos qué hacemos el domingo de mañana». Les dejo la web de Sierra de las Animas para que encuentren mas información
3 Piques de «Amigo» antes de salir a la ruta
Como te dije, estoy aprendiendo sobre la marcha, y en estos primeros ascensos ya aprendí un par de cosas a los golpes (literalmente). Para que tu experiencia buscando cerros cerca de Montevideo sea un placer y no una tortura, tené en cuenta esto:
- El calzado NO es negociable: Yo sé que capaz querés salir lindo en la foto de Instagram, pero olvidate de las zapatillas de lona con suela lisa. Necesitás algo con buen agarre. Las sierras tienen mucha piedra suelta y resbalosa, especialmente si llovió hace poco. Un buen calzado te salva de un esguince.
- Agua, más de la que pensás: Aunque parezca que el cerro es bajo y que «en una horita estoy», el sol pega fuerte arriba y la deshidratación te puede arruinar el paseo. Llevá siempre al menos 1.5 litros por persona.
- No subestimes la bajada: Para mí, bajar es más difícil que subir. Las piernas ya están cansadas y es donde ocurren la mayoría de los resbalones. Bajá tranqui, nadie te apura. El cerro no se va a ir a ningún lado.
¿Te sumás a esta bitácora de descubrimiento?
Como ves, este proyecto está lejos de terminar. Mi mochila ya está pidiendo ruta de nuevo y estoy ansioso por tachar el Pan de Azúcar, el Arequita y el Ánimas de mi lista.
Esta bitácora la escribimos entre todos y acá es donde te necesito a vos.
👇 QUIERO LEERTE EN LOS COMENTARIOS 👇
- ¿Ya subiste alguno de los 3 que me faltan? ¡Tirame la posta! ¿Qué consejo me darías antes de ir?
- Si ya fuiste al Aguiar o al Tupambaé siguiendo mis guías, ¿qué te parecieron? ¿Valió la pena la escapada?
¡Nos vemos en el próximo sendero, mate en mano!
